Que a un cristiano le guste el Metal parece que no encaje en la filosofía
del sector, asunto nunca más alejado de la realidad, porque la música no
entiende de filosofías.
Somos las mismas personas las que adaptamos la música y cada uno la adapta a su oído y a sus sentimientos según sus propios gustos. De hecho, un Metalero cristiano debería odiar casi todas las bandas de Black o Death por sus letras, pero no lo hace, porque le gusta esa música, la siente. Al contrario, también puede ocurrir que al más extremo le gusten bandas con letras más suaves o contrarias a sus ideas.
Somos las mismas personas las que adaptamos la música y cada uno la adapta a su oído y a sus sentimientos según sus propios gustos. De hecho, un Metalero cristiano debería odiar casi todas las bandas de Black o Death por sus letras, pero no lo hace, porque le gusta esa música, la siente. Al contrario, también puede ocurrir que al más extremo le gusten bandas con letras más suaves o contrarias a sus ideas.
Con esto quiero decir, que la música
suele llegar a la gente simplemente por ser música, luego puede gustarte la
letra o no, o podrás entenderla o no, pero la música siempre estará hablando en
su propio idioma.
Estoy seguro que hay Metaleros a los que les encajan
perfectamente con su filosofía las letras de los grupos más extremos, letras
que para otros son una ofensa distando mucho de la suya. Pero en el fondo,
todos son Metaleros, a todos les
mueve lo mismo, la música, el estilo, las pintas, el bestial vozarrón de los
cantantes y esa forma de convivir que tenemos cuando nos reunimos en conciertos
y festivales: ambiente respetuoso y concordia unánime. Ninguno está pensando en fastidiar o incordiar
a otros por sus creencias, sino que piensan en el próximo grupo que va a salir
a escena, en disfrutarlo y en pasarlo bien en el lugar.
Tan válido es que los más extremos
recojan una biblia de las que lanzan los norteamericanos Stryper en sus conciertos, o que compren 2/3 partes de los 10
millones de discos que vendieron, como que un cristiano haga cuernos “diabólicos”
cuando disfruta de una actuación de Napalm
Death o simplemente cuando va a posar para una foto.
El Metal
no es una religión, es simplemente un tipo de música y una forma de vida, y los
cuernos, un símbolo que nos identifica como Metaleros,
no como diablos, aunque en su día Mr. Dio
le quisiese dar ese significado.
Por eso es sencillo entender que existan
Metaleros cristianos, igual que
existen Metaleros judíos, ateos, ortodoxos
o satánicos. A todos nos une lo mismo: LA MÚSICA, EL METAL.
\m/·_·\m/
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