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jueves, 14 de septiembre de 2023

Status Quo - Plaza Toros Valencia 1992

En esta ocasión, acudía por primera vez a la Plaza de Toros de Valencia en compañía de mi amigo Ximo C. Nunca había estado en este coso, ni por temas taurinos, ni musicales. Además, era la primera vez que mi amigo Ximo y yo acudíamos mano a mano a un directo en el que coincidíamos plenamente en gusto.

Allí nos presentamos sobre las 22:00h en un espléndido 6 de mayo de 1992 para disfrutar de mi banda favorita presentando su ‘Rock ‘Till You Drop’ lanzado en septiembre de 1991.

El escenario estaba ubicado en el centro del coso, dando así por entendido que sólo se iba a llenar media plaza incluyendo la arena. Dos grandes guitarras (creo recordar, las que aparecen en su ‘Perfect Remedy’ de 1989) colgaban impresas en el telón que tapaba el escenario.

Todavía con muy poco público, subimos a la grada y nos situamos en la parte central. Para mi gusto, un poquito alejados del escenario, pero la verdad es que la posición era buena para poder distinguir bien los rostros de los músicos y captar el directo como en un cine. Ideal para grabar el directo completo si no hubiesen existido tantos problemas para entrar cámaras a los conciertos durante aquellos años.

Así que, nos sentamos mientras nos entreteníamos observando cómo entraba la gente al recinto sin quitarle la vista a esas dos guitarras del telón, ya que transparentaba un poco y se veía la batería y los soportes de los micros tras él, lo cual incitaba a no perder de vista ese trasfondo de luz morada buscando cualquier movimiento de alguno de los miembros de la banda.

Más o menos puntuales, las luces de la plaza se apagaron quedando tan sólo encendidas las de emergencia/posición dando esto más protagonismo al contenido del escenario. Hubo una aclamación del público y todos quedamos en tensión, hipnotizados observando durante unos minutos tratando de adivinar, en ese trasluz, si algo se movía por detrás del telón.

De repente, este cae a plomo y se produce una de las entradas a escena más impactantes que había visto nunca y que más recuerdo. Cada miembro ubicado en su sitio y su archiconocido ‘Down Down’ comenzó a sonar como un huracán poniendo a la gente en pie como un resorte, y me atrevería a decir, que así nos mantuvimos durante prácticamente todo el concierto. La arrancada fue bestial. Pelos como escarpias. Algo genuino. Engancharon al público como un imán de principio a fin.

En realidad, no recuerdo el set list de esa fantástica noche, tan sólo el impactante temazo con el que abrieron el espectáculo, pero es fácil para un buen fan de la banda deducir qué pudo sonar allí esa noche. Y es que Status Quo nunca defraudaron.

Para mí, un grupo con cierto rechazo por parte de los medios a pesar de su intachable carrera musical. Nunca se habla de ellos. Da la impresión de que no existen o no son nadie, pero lo son, y mucho. Una de las bandas más legendarias de la historia del Rock junto a The Rolling Stones, ambos activos desde principios de los ’60 hasta el día en el que escribo este post (y lo que les quede).

Una de las bandas que más discos han grabado y vendido. Una de las bandas que más singles han metido en el Top-10 de las listas británicas. Siempre con un sonido potente y limpio como pocos. De hecho, ya superaban récords en potencia durante sus años más gloriosos. Cientos de miles de seguidores incondicionales por todo el planeta y una originalidad musical irrepetible que no se merecen el poco reconocimiento que ha tenido la banda durante toda su historia.

Son pura fiesta. Quien los ha visto en vivo lo sabe muy bien. 



PDT: quiero destacar los extraordinarios punteos de guitarra de
Francis Rossi. Desprenden una sutileza, una clase y un ritmo que mueven hasta las piedras. Recuerdo haber grabado de muy joven una cara de una cinta de cassette únicamente con solos de guitarra de F. Rossi. Los iba empalmando haciendo pausa con una precisión impecable. Colocaba el LP con la aguja levantada, la cassette en pause, buscaba el tema y el momento previo al punteo, cogía aire, bajaba la aguja y soltaba el pause sin respirar en el momento preciso. Evidentemente, algunas veces fallaba y de nuevo tocaba rebobinar cinta hasta el punto exacto y volver a la acción. Una tarea un tanto laboriosa, ya que conseguí 30 minutos de punteos sin espacio alguno entre ellos y los enlaces entre los solos quedaron como si de un único tema se tratara. Ni un diminuto espacio en blanco. Ni desentonaba ninguno con su siguiente. Quedé hasta sorprendido con el resultado. Lo hice por simple hobby, pero me quedó perfecta.

Años después, no valoré el asunto como debería haber ocurrido, pues cierto día, tras quedarme sin cintas vírgenes, nada más y nada menos que se me ocurrió usar esa cassette para grabar canciones de la radio sin valorar aquella estupenda grabación de punteos de Rossi. Todavía me duele el hecho.