Búsqueda personalizada

viernes, 20 de septiembre de 2019

Festival METALMANÍA 2003 - Villarrobledo


El cartel de este evento fue para enmarcar. Muchas bandas de calado aparecían en él y se consiguió acaparar la atención de miles de personas. Para mí, la composición de ese cartel fue, sino la mejor,  una de las mejores que he visto, especialmente por la combinación de estilos de Metal que había y porque no se saturó el cartel llenándolo de bandas de menos caché. 

El festival estaba fechado para los días 10 (fiesta de presentación), 11, 12 y 13 de julio, justo en el mismo lugar donde ya se celebraba el Festival Viña Rock, en el Recinto Ferial de Villarrobledo (Albacete) 

El jueves de buena mañana partíamos hacia allí inundados de sensaciones y mariposillas en el estómago por lo que se avecinaba. Sabíamos muy bien que con un cartel así no iba a haber hueco para contemplaciones. Eso, añadido al sofocante calor que hacía de buena mañana, creaba un cóctel que presagiábamos maratoniano. Y vaya si lo fue. 

Hacía unos años estuve haciendo el servicio militar en Chinchilla, otro pueblo de la provincia de Albacete donde había zonas donde podías contar dos o tres árboles entre gigantescas extensiones y hasta donde te alcanzara la vista, es decir, un desierto casi en toda regla. 

Lo comento porque no conocíamos Villarrobledo y la única información que teníamos de la localidad es que estaba en Albacete. Y es que Internet aún no era lo que unos años más tarde comenzó a ser, y los PC’s, en general, eran lentísimos. No desperdiciabas demasiado tiempo buscando cosas online ni existían las webs y aplicaciones que existen ahora. Eso sí, personalmente, presagiaba que nos íbamos a encontrar con un desierto similar al de Chinchilla. 

Y ciertamente así fue, pero mucho más pedregoso que las extensas hectáreas de cebada de Chinchilla. La extrema dureza del terreno y la falta total de sombra en la zona de acampada complicó bastante las cosas. Clavar las piquetas de la tienda de campaña fue terrorífico incluso golpeándolas con una buena maza. Se doblaban como fideos a remojo. Mientras tanto, el sol iba machacando nuestras espaldas y testuces como un taladro. 

Aun así, cuando llegamos al lugar ya se contemplaba una gran extensión de tiendas de campaña tostándose bajo un sol infernal. Las casetas de WC instaladas por la zona despedían un hedor insoportable y cuando ibas a buscar hielo para reponer en los bolsos nevera volvías corriendo porque se te fundía a la velocidad del rayo. 

De vez en cuando se levantaban remolinos estilo tornado que alzaban la tierra del suelo y lo ponían todo perdido allá por donde pasaban. A nosotros nos pilló uno por sorpresa. Teníamos el vehículo abierto por detrás e instalamos unas cuerdas donde atamos unas mantas para hacernos sombra a la hora de comer. Cuando nos disponíamos a comenzar, nos percatamos de que a cierta distancia había varias bolsas y cartones dando vueltas a unos veinte metros de altura que se iban acercando. No nos dio tiempo a reaccionar para desmontar el chiringuito y la tierra entro por todas partes en el vehículo. Sólo pudimos tapar la comida con unos trapos. Lo dejó todo con un dedo de tierra y esto nos llevó un buen rato extra de limpieza antes de poder comer mascando algunas porciones de comida terrosa que escupíamos en el acto. 

Recuerdo que en la cola para ponernos las pulseras el sol brillaba como si fuesen dos. Deslumbraba de tal manera que tan apenas podías mirar a la distancia. Se te cerraban los ojos. Esa cola se nos hizo eterna y nos pusimos como gambas en menos de media hora, de hecho, las gafas se nos quedaron marcadas en el rostro como cosa mala. 


Pulsera Metalmanía 2003


Una vez entrabas en el recinto había una zona donde podías refrescarte bajo unos arcos que expulsaban agua pulverizada. Encontrarnos con eso fue como hallar un oasis en el desierto. Estando allí me sentía tan aliviado que me dije: “voy a liarme un cigarrillo aquí mismo”. Y es lo que hice tapando el papel y el tabaco como pude, hasta que lo conseguí. De pronto, la gente se puso a aplaudir. Concentrado en mi labor, no me había percatado de que me estaban observando. Eso supuso unas buenas risas, y más, cuando el cigarrillo encendió sin problemas. 




Nunca había estado en ese recinto y me pareció genial. Al principio me temía que fuese de tierra como en el exterior, pero estaba casi todo asfaltado, o al menos la parte donde más íbamos a pisar. Frente al escenario estaban situadas las carpas de comida, bebida y tiendas formando una U. Ponerse bajo una de esas sombras era gloria bendita, excepto en las tiendas, que estaban tapadas por los laterales. Asomar la cabeza al sol tras la estancia bajo esas sombras, era terrible. Te machacaba. Además, el asfalto radiaba como una estufa de queroseno. 

Respecto a las bandas, tengo que decir que nos perdimos muy pocas. En aquellos años aún estábamos en forma para poder aguantar una detrás de otra haciendo pequeños paréntesis para descansar. El cartel fue este: 

Jueves 10: The Bon Scott Band y Doro (fiesta de presentación en la Carpa Mephisto) 

Viernes 11: Rebellion, Overkill, Apocalyptica, Sepultura, Nightwish, Slayer y Blind Guardian

Sábado 12: Primal Fear, Hammerfall, Barón Rojo, Saxon, Iron Maiden, Dio y Stray

Domingo 13: Dark Tranquillity, Exodus, Immortal, Kreator, Masterplan , Stratovarius y Motörhead

Sencillamente ESPECTACULAR en términos generales. Y digo esto, porque en mi opinión, si hubiesen cambiado a Blind Guardian y Stray por otras dos bandas bien buscadas, el cartel hubiera sido IMPECABLE. 

Hablando de las entradas, se nos olvidó pedirlas en taquilla. Más tarde, un amigo nos dio estas dos. La del domingo la perdió. 

Entradas Metamanía 2003

En esta ocasión, las bandas que no vimos fueron: Sepultura, Blind Guardian, Barón Rojo, Stray, Saxon y Apocalyptica. Los directos de Motörhead y Dio no los vimos al completo, y con el resto estuvimos al pie del cañón. 

El jueves pudimos disfrutar de las dos actuaciones de la Carpa Mephisto. Unas 800-1000 personas se encontraban en el lugar, y por lo que aprecié, disfrutaron de lo lindo con ambas bandas. La Bon Scott Band puso patas arriba la carpa y la Doro terminó de rematar. Realmente fue una buena fiesta de bienvenida. 

Y ahora comento un poco sobre el resto de grupos que vimos y añado algunas fotos (de las pocas que pude sacar por problemas con la cámara)

Rebellion: pese a algunas críticas posteriores, a mí me parecieron puro Heavy Metal que me sonó a gloria. Se centraron mayormente en su segundo trabajo “Born A Rebel”. Creo que se notó que muchos todavía no conocían bien a Rebellion, tanto por las críticas negativas para mí infundadas, como por el estatismo que reinaba por las primeras filas mientras la tónica general reflejaba asombro ante semejantes riffs guitarreros. Más tarde nos encontramos con Michael Seifert en la barra y nos hicimos unas birritas y unas instantáneas con él. 

Rebellion

Michael Seifert

Overkill: la primera vez que los vi y se comportaron como esperaba. Fueron Overkill en toda su esencia. Presentaban su “Killbox 13” publicado en marzo de ese mismo año. 

Nightwish: aunque por aquel entonces la banda todavía no tenía el caché que luego alcanzó, me parecieron un gran equipo. Tarja salió de blanco inmaculado y su presencia en el escenario fue letal. Sin duda, ya marcaban el camino. 

Nightwish

Slayer: arrolladores. Gran actuación que pude disfrutar desde la mesa de mezclas. Araya y cia salieron a matar, y como casi siempre, se quedaron con la peña. Gran repertorio y una ejecución perfecta. 

Primal Fear: los vimos/escuchamos de lejos mientras nos refrescábamos en los arcos de agua. Sonaron aplastantes y creo que no defraudaron a nadie. La portada del “Black Sun” adornaba el fondo de escenario, que por cierto, el color azulado del águila quedaba muy Heavy. Me pasaron una foto.



Hammerfall: no son muy de mi estilo, pero estuvieron bien. Cumplieron con la puesta en escena, repertorio y sonido. Creo que sus fans saldrían contentos. 

Hammerfall

Hammerfall

Iron Maiden: la gran multitud que se aglomeraba en el recinto lo decía todo. Maiden estaban a punto de aparecer en escena. Y lo hicieron, sin sorprender en demasía, cumpliendo con las expectativas. “La Doncella” despertó la pasión entre los presentes a esas horas del sábado. 

Dio: por fin lograba ver a Dio en directo. Estaba haciendo un buen concierto, pero nos fuimos aplastando y finalmente nos retiramos a descansar. Creo que el parón de hora y pico previo a su actuación nos pesó en exceso. 

Dark Tranquillity: conocíamos muy pocos temas, pero se lo curraron lo suficiente como para prestarles atención. Sin emociones fuertes, pero dejaron una buena descarga de energía. 

Exodus: pura metralla. Otra banda de las que veía por primera vez, y esta actuación, también quise disfrutarla desde la mesa. Me sonaron brutales. Exodus no dieron respiro ni se anduvieron con chiquitas. Cuando arrancaron no tuvieron freno. 

Immortal: la sorpresa del festival. El Black Metal en España no era de lo más valorado dentro del género Metal, pero los noruegos salieron a darlo todo e inundaron el lugar de tralla y buenas sensaciones mientras sus maquillajes se derretían por momentos. Recuerdo, especialmente, el instante en el que el baterista paró de tocar durante varios segundos mientras las guitarras seguían sonando. Ahí se notó realmente la valía y lo que musicalmente llenaba Horgh en directo. Una bestia. 

Kreator: los germanos dieron la talla en todo momento. Su último trabajo era el doble CD + DVD en vivo “Live Kreation”. Por ahí nos llevaron durante su actuación. 

Masterplan: con Jorn Lande a la cabeza. Para mi estuvieron geniales. Y es que el disco “Masterplan” pesaba mucho. Un gran trabajo que en directo sonó potentísimo. Respecto a otros matices, lo bueno se comió lo poco malo que hubo. 

Stratovarius: impecables. Sacaron un sonido muy depurado y la iluminación les acompañó para bien durante la parte final del directo. Buen repertorio que comenzó con la ya entonces archiconocida “The Kiss of Judas”. Sin duda, un buen comienzo. Por cierto, recuerdo que estábamos a primera fila por la parte izquierda y tras escuchar varios temas decidimos continuar viendo el directo desde atrás, más centrados para palpar bien la diferencia de sonido, ya que delante sonaban espectaculares. Una vez situados atrás bajo una carpa y confirmar que sonaban perfectos (excepto algún detalle que casi siempre suele ocurrir), vimos a Kotipelto cabrease y lanzar el pie de micro justo por la zona donde acabábamos de estar. No sé lo que ocurrió, pero lo lanzó con muy mala leche. 

Motörhead: primera vez que veía a Lemmy. Hasta entonces no se me había presentado la oportunidad y no me defraudó lo que vi, aunque nos tocó disfrutarlo sentados en el suelo porque las piernas las teníamos molidas. Hasta que llegó el momento que ni sentados estábamos a gusto y nos batimos en retirada. Acabamos fundidos literalmente. Y es que cuatro jornadas de tal intensidad, y con ese calor, hicieron mucha mella.

Por otra parte, comentar que en este festival conocimos a Loren y Manolet, dos fenómenos de la zona de La Ribera (Valencia) y colegas de mi amigo Pere, con los que hicimos una amistad que bien aprovechamos para juntarnos cada año en diferentes festivales. 




Ciertamente, este fue un evento que nos marcó por muchas cosas y fue uno de esos de los que siempre ocupan un buen espacio en tu recuerdo. Por supuesto, esperábamos que este continuase allí al año siguiente, pero no fue así. Al año siguiente se celebró una sola jornada del Metalmanía 2004 en la Plaza de Toros de Valencia y esa fue la última edición. Triste. Me recordó mucho a lo que sucedió tras el Rock Machina 2002 de Moncofar. Aunque luego llegó el Festival Metalway de Guernica en 2005 para aliviar nuestro gran pesar.