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miércoles, 26 de septiembre de 2012

RAWHEAD REXX "Diary In Black" (CD - 2003)

Este es un disco de esos que te deja plenamente satisfecho en cuanto terminas de escucharlo, un potentísimo trabajo de esta magnífica banda alemana de Heavy/Power que nos deleita los oídos de principio a fin con un huracán de Metal del bueno. 

Comenzaron su andadura allá por 1997 y pudimos verlos en vivo en el Festival Rock Machina de Moncofar en el año 2002 presentando su primer disco `Rawhead Rexx´ editado el año anterior.

Pero la banda se va desintegrando después de lanzar su segundo trabajo. Así que este fue su segundo y último disco. Su trayectoria de estudio fue de las más cortas que he visto, y eso que estamos hablando de una banda que desprendía calidad a borbotones. 

Poco después, algún componente entró en Helloween y a otros les perdí la pista. En 2007 los miembros restantes intentaron resurgir de nuevo a la banda, pero, aunque tenían compuestos nuevos temas, no llegaron a grabar por problemas con su discográfica y ese mismo año se vuelven a separar. 

En definitiva, que duraron muy poco, pero nos dejaron esos dos magníficos trabajos que conservo impolutos en mi discoteca. Eso sí, no hay que descartar una nueva reaparición, quién sabe si... (aunque ya en 2012 lo veo algo complicado)
Retomando el CD que nos atañe, nos encontramos con temazos de una fuerza y una energía descomunal. Destacar `Diary In Black´, `Evil in Man´ y `Brothers in Arms´, que te erizan el vello con riffs y ritmos de ensueño, aunque ten por seguro que el resto de las doce pistas que componen el disco no van a dejar que relajes los oídos hasta sus últimos compases. No tiene desperdicio alguno, ni existen canciones de relleno. Además, es extremadamente ameno y muy entretenido de escuchar. 

Todos y cada uno de sus componentes realizan un trabajo incontestable. Pero aparte de la buena labor del batería Dany Loeble y de los sensacionales ritmos y valiosísimas melodías e impecables punteos de guitarra de Rudy Fleck, sobresale el vocalista Juergen Volk, que canta como los soles y tiene unos agudos espectaculares, acompañado en multitud de ocasiones durante el transcurso del disco por unos coros no menos apreciables. 

El guitar-bass del bajista (Face) suena potente, duro, metálico como golpe de lata, no puedes evitar que su peculiar sonido te atraiga como hierro a imán. Para que te hagas una idea, ocurre algo similar con el sonido que sacan los bajistas de Overkill o Manowar con sus respectivos instrumentos.

Así que nos encontramos ante una reliquia que no debería escapar a la escucha de cualquier oído Metalero, especialmente a los de orientación más Heavy. El trabajo lo merece sin duda.


Calificación: *****

miércoles, 19 de septiembre de 2012

STATUS QUO - Valencia (1989)

Era la primera vez que iba a ver a mi grupo favorito por excelencia dentro del mundo del Rock & Metal, los Status Quo, banda a la que seguía muy de cerca durante la década de los ´80 que me aportó todo lo deseable para hacerme sentir a lo grande lo que es el buen Rock. También logró que más tarde no me sonase el Heavy Metal a nada raro.

Tal día como un 23 de Noviembre de 1989, y justo el mes en el que publicaban su `Perfect Remedy´, se preparaba el directo en la Sala Arena Auditorium de Valencia, donde tan sólo unos meses antes habíamos visto a Ramones con tres de sus componentes originales. Así que varios colegas y yo decidimos acudir al lugar.

La sala estaba abarrotada (a ojo de buen cubero... unas 1000-1500 personas más o menos). Nada más entrar subimos a la segunda planta a pedirnos unas copas y poco después bajamos a donde se encontraba ubicado el escenario, mientras ya nerviosos, buscábamos un hueco entre la gente. 

Pronto se apagaron las luces y un sonido guitarrero muy peculiar y conocidísimo invadió la sala entre una tremenda aclamación general que me puso los pelos como clavos. Eran las primeras notas de la primera canción de Status Quo que yo había escuchado en mi vida, `Whatever You Want´, el tema que me consagró como Rockero en los años ´70

Empujé como poseído hacia delante poniendo toda la carne en el asador, intentando colocarme en primera línea de combate entre la multitud que allí se congregaba como sardinas en lata, pero una vez llegué a segunda fila observé que el último chico que me quedaba por superar, estaba viviendo el momento tan eufórico y con tal emoción suprema, que decidí quedarme justo detrás y disfrutar con él del concierto. Francis Rossi estaba a escasos centímetros de nosotros, podíamos tocar su zapato con tan sólo estirar el brazo y eso hacía que aumentase nuestra euforia a niveles estratosféricos. 

Estaba disfrutando como nunca, tanto por ver a mi banda preferida a un palmo de mi cara, como por ver a ese chico disfrutando al mismo nivel que yo. Él también se dio cuenta de mi gran incondicionalidad hacia los Quo y compartimos momentos únicos cantando juntos como el que más cada uno de los temas con los que nos deleitó la banda. Nos las sabíamos todas de memoria (yo en “SpanglishJ). 

`Don´t Drive My Car´ fue la que más fuerte y con más ímpetu cantamos los dos. Al terminar ese tema extendí el brazo hacia arriba lanzándole un brindis a Rossi con el poco líquido que quedaba en mi vaso mientras le chillaba como loco. Este agachó la cabeza, y clavándome su mirada, me dijo sonriendo: "thank you!".

¡Buffffff!, ¡ME HABÍA DADO LAS GRACIAS MI ÍDOLO! jojojojo …se me quedó el `thank you´ grapado en la cabeza para toda la vida, de hecho, todavía siento esa emoción cuando le recuerdo mirándome con esa sonrisita picarona tan propia del señor Francis, ya que en aquellos tiempos y con esa edad veinteañera, tocar, hablar, o lograr que te dirigiese la mirada algún componente de bandas de Rock o Metal de calado, era casi como conseguirlo de un Dios mitológico. Y lo entiendo muy bien, porque entonces las bandas más punteras eran (entre otras) bandas como los mismos Quo, AC/DC, Dire Straits, Gary More, Iron Maiden, Sepultura, Metallica, Alice Cooper, Ozzy Osbourne, Judas Priest, Kiss, Anthrax, Dio… .

El concierto fue un recital inconmensurable, en el que nos deleitaron con grandes temas como `Ain´t Complaining´, `Caroline´, `Rock´n Roll Over The World´, `Livin On An Island´… y prácticamente todas las que queríamos escuchar, o casi todas. Unas sonaron completas y otras formaron parte de una batería de repaso sin cortes, vamos, lo que aquí llamamos un “mezclaillo” que recogía muchos de sus mejores éxitos. Todo con un sonido potente y perfecto como yo esperaba, ya que conocía de la calidad y la potencia que los caracterizaba. Ese ha sido siempre uno de sus puntos fuertes. Además, repartieron simpatía a diestro y siniestro como nunca lo había visto hacer a ninguna otra banda. La gente se lo pasó en grande.


Al retirarse del escenario, justo después del bis correspondiente que el público tanto aclamó, nos dejaron un silencio en la sala y una sensación de vacío bestial. Nos quedamos anonadados tras el vendaval de exitazos exhibidos con esa guinda de sonido de calidad Quo. Habíamos visto un conciertazo de los gordos de esos maravillosos tipos a los que tanto observaba en las portadas y contraportadas cuando escuchaba sus Long Play´s en mi casa… y no terminaba de asimilarlo.
Antes de empezar el concierto, había visto unas vallas delimitando un paso por un costado del escenario y pensé en acudir allí en cuanto acabasen el directo para intentar conseguir un autógrafo, todo pensando en que pasarían por ese tramo. Pero me salió mal el plan. El grupo abandonó el escenario por detrás de las tablas y en cuanto desaparecieron de mi vista ya no llegué a divisar si pasaron por allí, porque no pude salir a tiempo de entre las primeras filas por la aglomeración de público que tenía a mis espaldas y los altavoces me tapaban esa visión. 

De todos modos se me quedó en el recuerdo una soberbia actuación y ese simpático agradecimiento que me lanzó Rossi a menos de un metro. Con eso me fui más que satisfecho. Fue de lo mejorcito que han visto mis ojos. Y es que Status Quo fueron y todavía son (en 2012, fecha de este post) muy muy grandes. Por algo son una de las bandas más longevas de la historia del Rock, junto a Rolling Stones, The Zimmers y The Whoaunque estas ya no me van tanto… o casi nada.

Durante el viaje de vuelta la conversación fue constante y unánime: ¡increíble!, ¡impresionante!, ¡son buenísimos!, ¡que conciertazo hemos visto!, ¡se salen!, ¡aún estoy flipando!, ¡cómo suenan esos tíos!, ¡a mí no me acababan... y ahora me molan!, ¡esto hay que repetirlo! …y no era para menos.
Sin duda, uno de los cinco mejores directos que he vivido hasta la fecha.

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