Banda fundada en Lasarte y liderada por Juan Gallardo (al menos encima de las tablas), quien poseía una voz envidiable con unos agresivos y marcados agudos con los que cameló a todo tímpano Metal que se dignase a escucharlo. Pero, muy personalmente, siempre le eché en falta ese potente y estirado grito Metalero, ese grito donde se marcan las grandes diferencias y que nunca le escuché, por lo que sin duda, hubiese redondeado la faena de ser así.
El primer trabajo de la banda es este, `Pacto con el Diablo´, un disco con una vitalidad y una energía descomunal que muy pronto logró extender su escucha por todo el territorio nacional y latinoamericano, más cuando los Ángeles tuvieron la oportunidad de compartir escenario con grandes bandas de prestigio mundial como son AC/DC, Saxon o Motörhead. Y la cosa dio sus frutos.
Es un disco fresco y muy marchoso, además tiene una estructura de sus cortes perfecta, digamos que cada uno está en su sitio y en el momento justo. Qué decirles a los que ya lo han catado, seguro que saben de sobras cómo suena su primer tema cuando lo escuchas por primera vez, `Maldito sea tu nombre´, su himno estandarte que desde el principio y con el paso de los años, se consolida como su mejor representante.
Tras él viene una avalancha de temas de esos que enganchan a corear al más pintado y que te menean el “hocico” y el “melón” sí o sí, unos por sus letras y otros por su marchita peleona: `Rocker´, `Unidos por el Rock´, `Esclavos de la noche´, `Sombras en la oscuridad´, `El principio del fin´, `Condenados a vivir´, `No juegues con fuego´ y `Es un pacto con el Diablo´.
Todos los temas son piezas que pasaron a la historia como parte de uno de los mejores discos de Metal hispano cantado en español, lista a la que años más tarde se sumarían grandísimas bandas que hoy por hoy son capaces de cualquier cosa con los instrumentos entre las manos.
Un disco que me da la sensación de que, con algunos retoques, podría haberse adaptado muy bien a la actualidad dentro de su estilo (calidad de audio aparte, claro está).
La producción de aquel entonces no fue ni mucho menos mala, más bien diría que sonaba espectacular para los tiempos que corrían. En ese sentido, me quedaré con las ganas de saber qué hubiese pasado si los Ángeles del Infierno hubiesen nacido hoy.
Actualmente no es un disco que me llame para pincharlo, supongo que por las numerosas y reiteradas escuchas que concebí durante tantos años, pero eso no quita que a la hora de valorarlo mi corazón sienta lo que sintió en aquellos años al impactarle tal descarga. Aunque todo cuenta, y los pequeños resquicios están ahí, portada incluida.
Calificación: ****
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