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lunes, 6 de febrero de 2012

Un chasco en Murcia


Hacía cierto tiempo que teníamos ganas de ver a los finlandeses Lordi, especialmente después de su espectacular victoria en el Festival de Eurovisión de 2006. 

Y en pocos meses llegó el momento de poder disfrutar de una de sus actuaciones. Era la del sábado 14 de octubre del mismo año y venían a Murcia, región en la que mayormente nos gustaba gozar de este tipo de eventos.



Seguíamos casi diariamente la web que iba informando sobre el acontecimiento. Los teloneros eran Uzzhuaïa, banda algo más Hard-Rockera de identidad española.

Poco a poco se acercaba la fecha y cada vez estábamos más impacientes de que llegase el día. 

Aproximadamente una semana antes compramos las entradas a través de Internet para evitar el riesgo de llegar a taquilla y que estuviesen agotadas.
  
El día anterior, de buena mañana, estuvimos viendo la web para saber si había alguna novedad de última hora; ya se sabe que con esto de los desplazamientos largos hay que asegurarse de que el evento no ha sufrido ningún contratiempo, sobre todo, por posible cancelación por parte de algún grupo, caso que no es la primera vez que sucede. Pero todo estaba bien.
Teníamos programado salir de ruta nada más comer, más o menos sobre las 15:00 h. Lo preparamos todo por la mañana para no perder tiempo después de comer y así poder marcharnos en cuanto soltásemos los cubiertos. ¡Todo perfecto!, pues a comer y… ¡de ruta para Murcia!.

El viaje con mi esposa fue magnífico, como todos, pero este un poquito más, ya que estuvimos todo el viaje bromeando y riendo e incluso paramos alguna vez a grabar un vídeo graciosillo como el que grabamos en una gasolinera abandonada donde aparecía un cartel en el que decía: “Abrimos todos los días”. Y claro... pues nos montamos la bromita. Estábamos graciositos los dos J.

Llegamos a Murcia y comenzamos con la búsqueda del local en cuestión (sin GPS). Nos costó un poquito encontrar la sala donde se iba a celebrar el evento, la Sala Gamma. Era nuestra primera visita. Dando vueltas buscando el local, pasamos varias veces de largo la pequeña calle donde se ubicaba la sala, hasta que dimos con ella tras nuestra incesante y apresurada búsqueda, ya que la hora se nos estaba echando encima y no se veían peludos por ninguna parte que nos orientasen con su presencia a encontrarla (cosa extraña). 

Pero al fin la encontramos, nos metimos en la calle adentrándonos en la pequeña replaceta que hay frente al local, y paramos el vehículo. La luz del letrero exterior de la sala estaba apagada. Coches había dos o tres… y el nuestro. Gente… sólo una pareja que había dentro de uno de los coches… y nosotros. El pulso comenzó a acelerárseme por momentos y mi mujer miraba con extrañeza mientras giraba el cuello mirando hacia la entrada, y me dice: "la puerta está cerrada. No se ve luz". ¡¡¡BOOMMMMMMMM!!!, menudo latido asalta-pectorales me pegó el corazón, vamos, que se me puso a máximas revoluciones. 

Nos quedamos mirándonos con cara de idiota, mientras sientes que te brota un ardor en el rostro que notas como se te ponen los mofletes de Heidi como adorno. En eso, vemos un cartel blanco en otra puerta tras una verja cerrada. Bajé del vehículo, recorrí unos metros hasta la verja y alumbré con el mechero estirando el brazo a través de ella, y leí: Lordi SUSPENDIDO por enfermedad del cantante. 

¡INCREÍBLE, PERO CIERTO! (el día después nos enteramos que no fue él el único enfermo). Así que… casi 400 km. para ver una hoja de papel destroza-ilusiones y chafa-viajes y encima… lúgubre como ella sola. Enseguida giré la cabeza y le hice un gesto a mi mujer, gesto que entendió más que de sobra por la cara desencajada que se me quedo, igualita que la suya. Así que nos fumamos un cigarrillo dentro del vehículo, un cigarrillo entre un silencio sepulcral, entre bruscos y entrecortados soplidos para bajar el ansia, entre un alud de auto-manoseos de cabeza que mientras la frotas pareces intentar cerciorarte de que no es una pesadilla lo que te está ocurriendo; pero sí, te ocurre.

Ya que estábamos en Murcia podíamos haber pasado la noche allí, que garitos Metaleros los había suficientes, pero fue tan notable el bajón que nos pegó a los dos que decidimos volver a casa. Nada pudo consolar de nuestra decepción. Así que… 400 km. más de propina... y a casita.

Allá sobre las 01:00 de la madrugada llegamos a Onda, y tras recordar que en el Pub Troncs de Tales se había organizado un pequeño concierto para ese mismo día, pues decidimos subir para intentar aliviar un poco nuestras penas. Cuando entramos por la puerta a más de uno se le quedó la cara destornillada, ya que casi todos los que solían frecuentar ese pub sabían con anterioridad de nuestro programado viaje a Murcia y también sabían que el evento que íbamos a presenciar comenzaba sobre las 22:00 h. ¡y era la 01:00 h.!. Nos miraban como cosa extraña, como si hubiésemos aterrizado con una nave espacial ante ellos. "¿Qué hacéis aquí?", nos preguntó el primero con el que entablamos conversación. Todos sabéis la respuesta L L L

Lo cierto es que, días después de esa fecha, Lordi tenían más conciertos en España en ese mes de octubre, concretamente en Madrid (día 18), Barcelona (día 19) y Bergara (día 20), todos ellos días laborables que nos hacían imposible una escapada de tantos km. Por eso mismo elegimos en su día acudir al de Murcia. Además, tampoco era completamente cierto que actuasen, ya que no se sabía si estarían en condiciones para esas fechas. Así que… todo el gozo en un pozo.

Sobre haberlos visto posteriormente, todavía no se nos ha ido ese sentimiento de “planchado al vapor” que se nos quedó.

Fue como cuando ves un concierto que se te queda marcado para siempre por su espectacularidad, pero en este caso, se nos quedó marcado por la espectacularidad del puñetero e inesperado disgusto. 

Al final pudimos verlos en el Lorca Rock 2008, del cual os cuento próximamente.

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