Desde que nació el Heavy Metal, hace ya más de treinta años desde la fecha de este post, de algún que otro festival hemos podido disfrutar en nuestra provincia. El primero de cierto nivel destacable que se celebró, fue el que se hizo en el Javier Marquina en 1991, campo de fútbol ubicado a escasos 50 m. de la playa del Grao de Castellón.
El cartel estaba compuesto por, Soziedad Alkoholika, Poltergeist, Accusser, Coroner, Deathrow, Risk y Sodom. Desde luego que, aún sin incluir ningún grupo de “élite” de la época, era un buen cartel para los tiempos que corrían. Excepto Poltergeist y Accusser, el resto de bandas sonaban lo suficiente como para que fuesen conocidas por muchos, así que ese evento despertó rápidamente el interés de bastante “tropa” Metalera de la zona, algo también muy lógico por el desespero generalizado que se tenía entonces por poder disfrutar de un concierto de Metal en condiciones, sobre todo si lo tenías cerca de casa.
|
Entrada |
La ubicación elegida acompañaba a que el festival fuese un éxito de público, pero no fue así; casi la totalidad de los asistentes eran de nuestra provincia, unos pocos de otras provincias del país, y casi nadie del extranjero. Posiblemente, si se hubiese celebrado un segundo Summer en las mismas fechas veraniegas en la que se celebró el primero, hubiese acudido más gente extranjera y de otros lugares de España, más que nada porque, estando en verano y siendo lugar turístico internacional durante estas fechas, es lógico que esa asistencia pudiese ir en aumento de año en año.
Ya se sabe lo que ocurre con estas cosas, que cada vez lo sabe más gente y cada año que pasa suele incrementarse la asistencia de público, eso sí, siempre y cuando se elabore un buen cartel musical lo suficientemente atractivo y equitativo.
Además, en aquellos tiempos no existía Internet para el usuario de a pie, o al menos no estaba tan expandido como ahora (eran los comienzos), con lo que era bastante complicado captar la atención en masa del foráneo. Así que al festival tan apenas acudieron unas 2000 personas. Esto provocó que se cerrasen prácticamente las puertas a celebrar una segunda edición.
Para mis amigos y un servidor, las bandas de éste festival no eran precisamente de lo que más nos gustaba y nos tomamos el asunto más como una fiesta Metalera que como un festival de tener que estar atentos a la música. De hecho, prestamos muy poca atención a los tres primeros grupos, situándonos en las inmediaciones de la barra mientras hacíamos estragos con la cerveza; fresquita, fresquita, que el calor apretaba.
Después de actuar esas tres bandas comenzaron a sonar las que más nos importaban del cartel y nos arrimamos hacia el escenario para disfrutar mejor de esas actuaciones.
Pero la verdad es que, entre los efectos de la cerveza y la falta de conocimiento de muchos de los temas que tocaron esos grupos, esos conciertos continuaron siendo una fiesta para nosotros más que un festival. Verlos sí, los vimos; escucharlos sí, los escuchamos; aplaudirles sí, les aplaudimos; pero si ahora me preguntan por algún tema de los que tocaron o reconocí, sólo puedo decirles `Bombemhagel´ de los Sodom, y alguno de los Risk.
Fue más la emoción de ver tanta fiesta y Heavies reunidos en Castellón, que la importancia que le dimos a la música. Ahí no estaba ninguno de los grandes (Kreator, Testament, Sepultura, Megadeth, Slayer, Metallica, Anthrax…), que entonces eran los que nos volvían loquitos de verdad.
Así que fue un festival muy divertido para nosotros del cual muy poco aprendimos en lo que se refiere a lo musical, espectáculo y puesta en escena, todo por nuestra escasa atención y por la poca seriedad a la hora de escuchar y valorar lo que vimos, aunque después, con el paso del tiempo, sigo pensando exactamente lo mismo que entonces: exceptuando a los Sodom, que tampoco es que me cautiven demasiado, las demás siguen siendo o fueron bandas sin apenas caché respecto a otras bandas míticas de la época, como pueden ser entre otros, Overkill, Flotsam & Jetsam, Destruction, Exodus, Annihilator o Nuclear Assault.
Un festival que si hubiese nacido siete u ocho años más tarde podría haber sido cita de más reclamo para el forastero debido al avance tecnológico que durante esos años comenzaba firmemente a invadir nuestras vidas, facilitando con ello la comunicación de las gentes y el trabajo, costes y efectividad de la publicidad sobre el evento, lo que podría haber motivado a realizar un segundo festival con mejor cartel y con más probabilidades de poder asentarse como una interesante cita anual en nuestra región para el sector Metalero.
Posiblemente también te interese:
- Festival Rock Machina 2001
- Festival Rock Machina 2002