Respecto a este blog

De antemano me gustaría agradeceros vuestro interés en el blog. También me gustaría comentaros, porque creo que es una buena ayuda, que intentéis colaborar con vuestras opiniones para darme más fuerza e ilusión a la hora de crear mis entradas. Es un apoyo extraordinario saber que hay gente a la que haces pasar un buen rato mientras se encuentra en el blog.

Los comentarios son revisados para evitar los que no respeten el tema en cuestión o a la gente en general. Podéis comentar críticamente cualquier cosa si no es de vuestro agrado u opinión, repito, siempre que guardéis respeto a los demás, ya que esos comentarios se publicarán sin ningún reparo en pocas horas. 

Por otra parte, comentar, que lo primero que voy a crear es una página relatando mis comienzos en la música y el Metal como "melómano", no como músico. El relato comienza explicando mis primeros pasos hacia la música desde 1974, hasta llegar a introducirme de lleno en el Metal en 1982. A partir de aquí comenzaré a crear entradas respecto a los temas concretos de los que trata éste blog y a esperar vuestros agradecidos comentarios.

Si os apetece y estáis a gusto en éste sitio, os recuerdo que siempre podréis convertiros en Seguidores pulsando el botón correspondiente que se encuentra en la página principal del blog, siguiendo los pasos oportunos. 

Destacar, aunque todavía no lo apreciaba como tal, que empecé a descubrir el Heavy Metal con 13 años, pero yo creo que nací con él en la sangre. Por eso precisamente, les dejo ésta foto de muestra para que ustedes juzguen por sí mismos. Incluso les relataré como llegó ese fantástico momento, porque recuerdo perfectamente, aunque alguien no lo crea, todo lo que ocurrió justo antes de tomar esa histórica fotografía y por qué se llegó a ella.

J.J.

La fotografía está tomada en 1969 en lo que entonces era una terraza con ventanas de tela mosquitera en la que había bastantes plantas; era donde hacíamos la vida durante los veranos de esos años. Yo dormía en la habitación que estaba justo tras la pared que se ve al fondo a mis espaldas en la foto. 

Lo primero que recuerdo, es que sobre las 10 de la mañana desperté, oí los ruidos que hacía mi madre mientras realizaba sus tareas del hogar, y me dije: la mamá está en la terraza, voy para allá. Salí de la cama, impetuoso y decidido buscando a mamá. Di la vuelta por la casa pasando por la salita de estar y la cocina, hasta llegar a esa terraza donde me encontré con ella. 

Nada más me vio me dijo: - ¡buenos días, bonico!; y todavía no sé por qué, ni lo que en esos momentos pensé, pero cogí esa guitarra que estaba encima de una silla y comencé a chillar a grito limpio. Mi madre quedó atónita por unos segundos y comenzó a reír a carcajadas como nunca la había visto hasta entonces, y casi sin poder articular palabra de la risa que tenía, me dijo: - tú sigue, sigue, que yo vengo enseguida; y seguí. En pocos segundos apareció de nuevo con una cámara de fotos de las de carrete de los años 60, y todavía partiéndose de risa… ¡plaf!, me hizo la foto. Maravillosa, mamá.

La cámara

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