Por aquellos
tiempos, desgraciadamente, la capital de La Plana se encontraba muy distante de
acoger cualquier evento metalero de nivel que se terciase.
El interés
por la música Metal se centraba en un
sector bastante reducido de personas, especialmente en los jóvenes heavy-metaleros que hubiesen dado lo que sea por ver en directo a cualquier
banda de esa época, mientras el personal en general, ni siquiera sabía de su
existencia. Nombrar a un grupo Heavy
en una reunión familiar o entre amigos de otro corte era todo un reto. Nadie
iba a saber de qué hablabas y te iba a tocar explicarlo al resto de los
presentes entre sus irónicas y burlonas risas de desconocimiento.
Ante ese
panorama, pues ya veis, no es que hubiese demasiado convencimiento de que ese
movimiento musical fuese a acaparar una pizca de atención de aquel tipo de
sociedad. El Metal escocía a ojos y
oídos y exaltaba los corazones relajados. No se veía como algo más. Nuestros pelos,
pintas y vestimentas espantaban.
Pero la
presencia en Castellón del Pub Manowar
abrió un camino de esperanza Metalera a la cual mucha gente se fue aferrando
creyendo que algún día nuestro estilo musical llegaría a reconocerse como
merecía. Era una ilusión que muchos teníamos y que años después se fue
convirtiendo en realidad. El triunfo de Lordi en Eurovisón 2006 fue la
guinda del pastel, un reconocimiento general procedente del voto de los ciudadanos
europeos, que además, supuso que el país vencedor obtuviese el récord de puntos
de la historia del festival. La gente descubrió que los monstruos asustaban,
pero no mordían.
El concierto
de Kreator
en La Pérgola de Castellón fue de las primeras apuestas fuertes que
desenmascaró la fuerza del Metal en
nuestra provincia. Hasta entonces era casi impensable que eso pudiese suceder,
pero sucedió. La banda germana vino a la capital de La Plana a presentarnos ni
más ni menos que su “Coma of Souls”,
acompañados como teloneros por sus compatriotas Risk (banda desaparecida en 1993) y los alcireños Obscure,
una banda de Death Metal hasta
entonces desconocida para nosotros que cumplió con creces encima del escenario.
Nuestros paisanos abrieron el camino a una noche para recordar.
Risk, aunque era una buena banda, también
eran bastantes desconocidos y se reflejó en que pasaron sin pena ni gloria por La Pérgola,
ya que la gente apenas conocía sus canciones. Pero no hicieron un mal
concierto. Se portaron. En la entrada no aparecen porque fueron incorporados al evento in extremis.
Llegada la
hora de que el cabeza de cartel apareciese en escena, se podía ver una multitud
apelmazada frente a las barras del local intentando conseguir esa bendita cervecita que te refresca tanto entre descansos. Una tarea que se tornó
complicada, pero que sirvió para reencontrarnos con gente y excompañeros de
mili con los cuales pudimos compartir algunas de las sensaciones que estábamos
viviendo esa noche.
Kreator salieron a matar. Estoy seguro de que
nadie salió descontento de allí esa noche. Creo que con la presencia de Petrozza a tan sólo unos metros de
nosotros la gente ya se sentía complacida, pero poder sentir la aplastante y
demoledora “People of the Lie” en tu
terreno, fue como vivir un sueño. Los cientos de cuellos y melenas martilleando
al unísono me hicieron sentir como en otro planeta.
Entrada |