En esta ocasión se anunciaban las siguientes bandas:
Viernes 7: Convulsion A.T., Destruction, Katatonia, Kotipelto, Unleashed, Danger Danger, Saxon y Mayhem.
Sábado 8: Tribal, Angelus
Apatrida, Korpiklaani, Grave Digger, Exciter, Slaughter, My Dying Bridge, Symphony X, Ratt, Within Temptation y Belphegor.
Supongo que no
hace falta recalcar lo atractivo del cartel, aunque en esos años este tipo de
bandas no se valoraban como merecían (como si fuesen bandas de segunda)Y eso no puede ser. Es precisamente lo primero que dijimos en cuanto pisamos el recinto, porque ese cartel contenía variedad, cantidad y calidad de sobras como para haberse quedado pequeño el monumental Coliseo. De ahí que el interés por el festival se viese mermado, hasta tal punto, que un recinto tan espectacular como lo es el Coliseo de Atarfe quedó frío como una cueva.
Frío de público (unas 2 o 3 mil personas) y frío por relativa proximidad de la Sierra Nevada andaluza que a la distancia, y a la luz del día, se podía apreciar albina en todo su esplendor. Lo malo es que, al abrirse el techo móvil del Coliseo se conseguía que un intenso helor se colase hasta llegarnos a las entrañas al tiempo que mejoraban el sonido con ello. Y se notaba mucho. Tocaba sufrir para poder escuchar música decentemente, puesto que, con el techo cerrado, sonaba bastante lamentable. Muchas actuaciones deslucieron por esa causa.
Nos fue
imposible partir antes hacia el festival, así que llegamos a Atarfe con el
evento ya empezado, más o menos a la hora que tocaban Unleashed, a los que
tampoco vimos. Entre aparcar, hacernos nuestra litrona de costumbre y pasar
por taquilla... pues eso. Estos y Destruction fueron bandas que nos
hubiese gustado ver ese viernes, pero…
Así que
nuestro primer “asalto” fue para ver a los Danger Danger. Los neoyorquinos le
pusieron ganas, pero su estilo Hair/Glam
Metal parecía quedar bastante descolgado de la actualidad sonora. Aunque esta banda era algo inaudita para nosotros en lo que a escucha de sus discos se
refiere, nos pareció un concierto bastante pobre con temas que ni fu ni fa. No
sabría qué destacar de esa actuación, más bien diría que esperábamos
impacientes su conclusión.
Después le
tocaba el turno a Saxon, una banda muy facilona de dejarse ver por nuestro país,
incluso a veces criticada por algunos por tanta visita, cosa a la que no le veo
sentido cuando se está hablando de una banda que jamás ha dejado de
actualizarse sin perder sus raíces y que merece todo respeto, más si cabe,
cuando en cada uno de sus directos se puede apreciar su gran trabajo para no
caer en la bolsa de los clásicos estancados en la rutina ochentera, que no es
que esta sea ningún pecado, solo que… hay un dicho que reza: “renovarse o
morir”. Y se nota que la banda lo aplica a rajatabla.
Por supuesto
queda por lo comentado, que Saxon
raramente podían defraudar a nadie. Además, el águila que les suele acompañar
en sus mejores eventos se podía vislumbrar apagada en la penumbra al fondo del
escenario bastante antes de su actuación, lo cual era un sello de garantía
para muchos seguidores de la banda que suelen ser conscientes de cómo se las
gastan los británicos cuando pisan las
tablas con el águila a sus espaldas.
Y… cómo no,
no defraudaron a nadie, incluso me atrevería a decir que, pasando el frío que
estábamos pasando, fue tan contundente lo que nos estaban ofreciendo que creo
que a la gente se le olvidó el frío por momentos. Claro, si la cosa comienza con `Atila The
Hun´, pues a uno le pilla como de sorpresa.
Como casi
siempre, los británicos nos deleitaron con temas muy actuales y otros clásicos
que levantaron el ánimo de los asistentes durante el tramo final del
concierto, en el que se cebaron por poner el coliseo patas arriba. Por primera
vez podía ver el águila encendida mientras sonaba `The Eagle Has Landed´.
Gran noche
la de Saxon. Por cierto, me gustó
mucho ver cómo deslumbraba la rubia melena de Biff Byford por encima de su oscura y espectacular gabardina, ¡anda
que no marcaba “el tío Biff” a esas
edades!
Saxon |
Tras el
apoteósico concierto de Saxon le
tocaba el turno a Mayhem, banda noruega de un estilo bastante más contundente que
la que acabábamos de presenciar.
En un principio pensábamos que se acercaba el momento de un plato fuerte, pero nuestro interés fue cambiando tal como iban sucediendo las cosas. Un rato antes, y sin saber quiénes eran los componentes de la banda, nos dimos cuenta de que había alguien por las inmediaciones del escenario que casi no se aguantaba de pie. Enseguida nos llamó la atención porque estábamos situados por esa zona. Es entonces cuando la gente nos informa de que era uno de los músicos de la banda.
Evidentemente, comprendimos de inmediato que Mayhem iban a tener problemas.
Lo dicho. Aparecen en escena bastante más tarde de la hora prevista, ya con muchas miradas intentando observar al “fenómeno”, pero éste no estaba y alguien (no sé quién) lo suplió a última hora. Es fácil imaginar cómo iría el tío. Pero la puesta en escena de Attila hipnotizó a los asistentes con su disfraz de sacerdote con unos cuernos de macho cabrío que destacaban sobre su cabeza como dos pilares, y poco después, con el botafumeiro que exhibió mientras rociaba el ambiente… de a saber qué.
Pero no duró mucho el embrujo, porque la gente comenzó a cansarse de escuchar la basura sonora que rezumaba por los altavoces, aparte de soportar el desbarajuste musical por parte de los instrumentistas y la poca consideración que tenían hacia el público por su pasotismo y su poco hacer sobre las tablas. Así que nosotros decidimos marcharnos del lugar antes de lo previsto, ya que era casi insoportable aguantar tal gazpacho de sonidos y las maneras de los componentes sobre las tablas. Nos defraudaron muchísimo. Nunca habíamos visto algo así en un evento de este tipo.
Y lo que nos perdimos (ya sabéis que luego todo se sabe), porque... lo bueno vino después, justo cuando nos dirigíamos hacia nuestro vehículo. En mitad del concierto uno de los componentes apaga su ampli… ¡y se marcha!. Supongo que lo haría tras constatar la lamentable actuación exhibida, tanto en sonido, como en profesionalidad. Tras él fueron los demás miembros mientras uno de ellos quedaba rezagado unos segundos más en el escenario para decir que se marchaban porque perdían el avión, todo ello entre una lluvia de litronas. Menudo final de jornada jojojo.
Ya en la
segunda jornada, pensábamos que habría un incremento de público respecto al día
anterior, pero no fue así. En un principio pensábamos que se acercaba el momento de un plato fuerte, pero nuestro interés fue cambiando tal como iban sucediendo las cosas. Un rato antes, y sin saber quiénes eran los componentes de la banda, nos dimos cuenta de que había alguien por las inmediaciones del escenario que casi no se aguantaba de pie. Enseguida nos llamó la atención porque estábamos situados por esa zona. Es entonces cuando la gente nos informa de que era uno de los músicos de la banda.
Evidentemente, comprendimos de inmediato que Mayhem iban a tener problemas.
Lo dicho. Aparecen en escena bastante más tarde de la hora prevista, ya con muchas miradas intentando observar al “fenómeno”, pero éste no estaba y alguien (no sé quién) lo suplió a última hora. Es fácil imaginar cómo iría el tío. Pero la puesta en escena de Attila hipnotizó a los asistentes con su disfraz de sacerdote con unos cuernos de macho cabrío que destacaban sobre su cabeza como dos pilares, y poco después, con el botafumeiro que exhibió mientras rociaba el ambiente… de a saber qué.
Pero no duró mucho el embrujo, porque la gente comenzó a cansarse de escuchar la basura sonora que rezumaba por los altavoces, aparte de soportar el desbarajuste musical por parte de los instrumentistas y la poca consideración que tenían hacia el público por su pasotismo y su poco hacer sobre las tablas. Así que nosotros decidimos marcharnos del lugar antes de lo previsto, ya que era casi insoportable aguantar tal gazpacho de sonidos y las maneras de los componentes sobre las tablas. Nos defraudaron muchísimo. Nunca habíamos visto algo así en un evento de este tipo.
Y lo que nos perdimos (ya sabéis que luego todo se sabe), porque... lo bueno vino después, justo cuando nos dirigíamos hacia nuestro vehículo. En mitad del concierto uno de los componentes apaga su ampli… ¡y se marcha!. Supongo que lo haría tras constatar la lamentable actuación exhibida, tanto en sonido, como en profesionalidad. Tras él fueron los demás miembros mientras uno de ellos quedaba rezagado unos segundos más en el escenario para decir que se marchaban porque perdían el avión, todo ello entre una lluvia de litronas. Menudo final de jornada jojojo.
Entramos justo después de la actuación de Tribal y en pocos minutos saltaban a ensena Angelus Apatrida ante unos cientos de personas. Era la primera vez que veíamos a los Angelus, los cuales levantaron los ánimos del personal deleitándonos, sobre todo, con grandes temas de su último disco editado hasta entonces `Give ´em War´, el cual tuvo y sigue teniendo muy buena aceptación en el mercado internacional.
Estábamos viendo a una banda hispana de Thrash Metal como nunca antes habíamos visto. Lejos nos quedaron en el recuerdo aquellos Legion o Fuck Off de los ochenta después de ver la gran actuación de los Apatrida.
Angelus Apatrida |
Ahora le tocaba el turno a Korpiklaani, otra banda a la que no habíamos visto nunca. A los pocos minutos nos dimos cuenta de que no hacían un estilo musical de nuestro agrado. Nunca nos gustaron las bandas que se toman a broma o a fiesta una puesta en escena, pero la gente disfrutó de lo lindo, que es lo que verdaderamente importa. Lo otro es simplemente una preferencia personal de la que puedo despojarme.
Tras ellos
llegaba el turno de Grave Digger. Los germanos nos presentaban su `Liberty of Death´. Como ocurrió en
prácticamente todas las actuaciones, Grave
Digger también fueron víctimas del desastroso audio, pero se lo curraron
como ya suele ser habitual cuando pisan las tablas. Siempre es un lujo poder
disfrutar de una banda ochentera que sabe adaptarse a los cambios sin perder ni
pizca de personalidad.
Grave Digger |
Más tarde venía otro plato fuerte, los canadienses Exciter. Esta es una de las primeras bandas de Speed/Thrash que conocí allá por 1983 con su disco `Heavy Metal Maniac´, y por supuesto, tenía interés por verlos.
Entraron con ganas y se pusieron a repartir tralla sin contemplaciones, pero el horripilante estruendo que se oía logró que no llegásemos a aguantar tal insulto sonoro y decidimos salir del Coliseo. Desde allí pudimos escuchar su recital, pero nos hubiese gustado poder disfrutarlo en condiciones a primera fila. Una lástima.
Slaughter también fue una de las bandas que debutaban en España por primera vez.
Banda norteamericana de Las Vegas que
sorprendió a propios y extraños. Otra de las clásicas de finales de los ´80 que
despachó calidad y energía a diestro y siniestro durante toda su actuación.
Dejaron satisfecho al personal en general y sonaron bastante mejor que muchos
otros grupos.
Ahora nos
tocaba hacer un descanso y salir a comer algo mientras a la distancia
escuchábamos a My Dying Bride, otra de las bandas que me aplatanan, aunque soy
consciente de su calidad y del buen concierto que hicieron.
Luego le llegaba el turno a Symphony X, para mí, una de las mejores bandas de Progressive Metal. Precisamente, este es
un estilo un poco agrio para algunos sectores Metaleros, pero lo cierto es que suenan potentísimos en directo y
causan mucho respeto musical. Todos de negro, se pusieron manos a la obra
deleitándonos con un gran concierto en un ambiente frío pero ambientado por un
mayor número de asistentes respecto a anteriores actuaciones. Supongo que Ratt
tendrían mucho que ver en esto por su inminente actuación.
Y por
fin... ¡los Ratt por primera vez en España!. Esta banda fue bastante ignorada
en los ´80 y posiblemente sea uno de los motivos por los cuales nunca habían
estado por aquí. De todas formas, pensaba que la gente que finalmente llenó la
arena del Coliseo estaban allí ansiosos por poder disfrutar de un directo de
la banda en España. Tras unos cuantos temas pudimos constatar que Ratt no lo estaban haciendo nada mal, que ofrecían un setlist más que decente y que la actitud de sus componentes no era mala, pero creo que ahí es cuando me di cuenta de la verdadera poca consideración que se le tuvo a la banda veinte años antes, porque eso se notó en la arena justo cuando comenzó a sonar `Back For More´. Viendo cómo reaccionó la gente es cuando te das cuenta de la situación, porque hasta entonces, el ambiente fue más frío que el propio clima.
Bien es cierto que Ratt no se esmeraron nada en montajes, ni en vestuario, ni en iluminación, cosa que me pareció fatal siendo su debut en nuestro país. De ahí que ellos también se contagiasen durante un buen tramo de la actuación por el ambiente sembrado. Nunca podré decir que fue una gran noche cuando vi por primera vez a Ratt, pero sí, que pude disfrutar de uno de sus directos.
El tramo final donde se concentraban sus mejores clásicos fue lo que les salvó de una crítica más contundente, ya que, aunque tarde, lograron despertar a un público ya bastante desentusiasmado.
Ratt |
Ya a altas horas salían a escena Belphegor. Me arrepentí de ya no volver a entrar, pero hacía tanto frío que a uno se le van las ganas de aguantar para ver el último grupo de un festival de dos días en unas condiciones tan gélidas. Luego, por suerte, pudimos verlos a mejor temperatura en el Leyendas del Rock 2013 y nos dimos cuenta del grupazo que nos habíamos perdido en Atarfe.
Así que este nos lo apuntamos como el festival más gélido vivido hasta esa fecha.