Pero a multitud de juventud le ocurría todo lo contrario, se volvían loquit@s por cualquier grupo Rockero que asomase la nariz en la escena musical. Era el BOOM mundial del Rock.
Los "batidos" de cabeza ya comenzaban a hacer acto de presencia, aunque todavía estaban algo inmaduros, porque los movimientos no se hacían sacudiendo el cuello hacia delante, se hacían agitando la cabeza a derecha e izquierda, sobre todo las histéricas fans que en aquellos años solían abarrotar cualquier recinto donde actuasen The Beatles o Rolling Stones y que salían de los conciertos desbocadas, con palpitaciones y con sus melenas totalmente alborotadas.
Y una década
más tarde, tanto esa música como las sacudidas de melena subían en potencia e
intensidad. El Rock evolucionaba, aparecía el Hard-Rock y las melenas ya se
sacudían hacia delante. Esos ´70 endurecieron mucho el sonido de las guitarras
y de los vocales y el Hard-Rock iba, por decirlo de alguna forma, convirtiéndose poco a poco en Heavy Metal.
Pero tanto los Rockeros, como los Hard-Rockeros o los Heavies, seguían formando
parte de la misma movida, y aunque todavía algo escasos, no existían
discrepancias por los diferentes estilos. Todos eran de "La Family”.
Muñequera Metal |
Esos nuevos sonidos eran rechazados por muchos que se resistían a aceptar que les inundasen sus oídos con más manteca de la habitual. A partir de entonces, ese árbol de estilos origina un abanico extensísimo que abre las puertas a más y más tendencias.
A fecha de hoy la variedad es tremenda y la cantidad de bandas existentes es prácticamente incalculable, lo que conlleva a que los fans se repartan de tal modo que se hace bastante difícil coincidir en un 50% con los gustos de otro "pariente", incluso se acentúan las diferencias musicales en tal proporción, que se llega hasta odiar a otros estilos de la movida. Esa es la pura realidad.
Por todo
ello y pese a convivir con alguien que prácticamente tiene mis mismos gustos,
lo cual me satisface enormemente, echo en falta el que a mucha gente de este mundillo tan peculiar le
guste seguir escuchando y aceptando los estilos más vanguardistas mientras
ocasionalmente recuerdan a los más clásicos, es decir, sin soltar comba y sin excluir a ninguno. Eso
es lo que echo en falta, aunque luego se inclinen más por uno u otro, prefieran
unos u otros grupos o les guste más vestir de una forma u otra.
Para que se
me entienda mejor: es como si todos navegamos en un mismo barco y cada uno
se sienta a remar en un remo distinto cada cierto tiempo (por variar), pero sin abandonar ese barco para no tener que navegar en pequeñas
barcas en las que habrá menos remos donde cogerse y tan apenas
tripulación que te acompañe en la travesía, mientras estas, se van quedando rezagadas viendo cómo el barco
nodriza y sus tripulantes se va alejando sacando cada vez más ventaja. Y diréis: ¿ventaja en qué?; pues por ejemplo… en tener mucho más fácil el salir contento de una tienda de discos; o en poder disfrutar más asiduamente de un concierto de tu gusto; o en disponer de más opciones a la hora de cambiar de look; o en tener más posibilidades de coincidir en gustos con otro Metalero; ...y en muchas cosas más que me vienen a la cabeza.
Pero tan sólo es eso, una incómoda nostalgia de falta de hermandad Rock-Metalera que no digiero, aunque sí llegue a comprender y respetar. Para gustos... colores, ¿no?